El nuevo secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, ha dado un primer paso firme en su recién asumido cargo al caminar por las calles de Culiacán, un símbolo de la lucha contra el narcotráfico en México. Este acto marca el inicio de su mandato, bajo el respaldo total de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien asumió el poder el pasado 1 de octubre. Harfuch, acompañado por el general Ricardo Trevilla y un grupo de militares, supervisó las operaciones en uno de los escenarios más tensos del país.
Sin embargo, más allá de Sinaloa, otros estados también han sido identificados como puntos críticos en la política de seguridad, entre ellos Guanajuato. Libia Dennise García Muñoz Ledo, gobernadora de esta entidad, se reunió el mismo martes con el secretario en Ciudad de México para coordinar esfuerzos en el combate a la violencia. Guanajuato ha sido un epicentro de la guerra entre el Cartel Jalisco Nueva Generación y el Cartel de Santa Rosa de Lima, con Salamanca como uno de los focos más violentos.
El aumento de la presencia de fuerzas federales y la creación de un Grupo de Inteligencia Operativa entre autoridades locales y nacionales son parte de la estrategia para recuperar la paz en el estado. La gobernadora, que también anunció la renuncia del fiscal Carlos Zamarripa tras 15 años en el cargo, expresó su confianza en que la coordinación con el Gobierno federal traerá resultados. «Vamos a recuperar la paz y tranquilidad de Guanajuato», afirmó.
La violencia en Guanajuato ha cobrado relevancia tras una serie de masacres recientes, entre ellas, la ejecución de 12 personas en ataques simultáneos en Salamanca. Con este tipo de desafíos en mente, la seguridad ha sido ratificada como una prioridad en el inicio del nuevo gobierno, no solo en Guanajuato, sino en todo el país.
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